lunes, 4 de febrero de 2008

Compartiendo besos, compartiendo caricias....

...Después de tanto tiempo, por fin te tuve entre mis manos, te agarré, te besé, y ya me andaba por quitarte la ropa, por hacerte mía.
Dejé las inhibiciones en el piso, junto con tus zapatos y el brassiere.
Te quiero, así que te mordí, te deseo, así que te besé.
Y ya por fin, pude estar en tu boca, detrás de esos labios deliciosos que juegan con con saliva y verga.
Pasaron meses antes de poder estar contigo, estaciones del año fueron y vinieron antes de poder besar tu cuello y lamer tus rosados pezones.
Me moría de ganas de poseerte, de estar adentro de tí, en tu deliciosa humedad, chingado, te quería coger como sé que te hacía falta, que te hace falta aún.
Y me vine en tu boca.
Y te encantó mi sabor.
Qué bueno, que tu sabor me embriaga, y me deleité con el, con tu exquisito aroma, y esos jugos que emanaban de la hermosa vagina que te daba pena enseñarme.
Me negué a apagar la luz. Te quería ver toda. Me aseguré que no te arrepintieras.
Te quiero aún.
Te deseo aún.
Y estaré adentro de tí nuevamente........

1 comentario:

juLia dijo...

Y compartimos el frío, el calor, el sudor, los besos, las caricias, los sabores...
¿Arrepentirme de pasar mis noches contigo? No, nunca.

Yo, al igual que tú, te quiero...
Yo, al igual que tú, te deseo...